AMSTERDAM

Fecha: 31 de julio de 2017
Amsterdam está rodeado de agua y es por ello, que es conocida también como la Venecia del Norte. Las atractivas fachadas de sus edificios, los canales, el entramado de puentes históricos, las casas flotantes y las bicicletas la dotan de un gran encanto y peculiaridad. Además es una de las ciudades más jóvenes, más abierta a las nuevas ideas y con más ambiente de Europa.
UNA CIUDAD TOLERANTE Y CON PERSONALIDAD
Por Nuria Araguás y ABS. Fotos cedidas por Iamsterdam y ©evasion . Foto Philipp-Benedikt
En sus orígenes, Ámsterdam fue un pueblo de pescadores (S.XII). El nombre proviene de la formación de diques (Dam en holandés) en las marismas que rodeaban el río Amstel. En el año 1300 se le concedieron los derechos oficiales de ciudad, y a partir del siglo XIV Amsterdam empieza a florecer como centro comercial.
En el siglo XVI comenzó el conflicto entre los neerlandeses y Felipe II de España. Esta confrontación causó una guerra que duró 80 años (conocida como la guerra de Flandes), y que finalmente le dio a los Países Bajos la independencia.
Foto de Koen-Smilde
El siglo XVII se considera el Siglo de Oro de Ámsterdam, al poseer la mayor participación en la primera multinacional de la historia: la Compañía de las Indias Orientales. En esa época Ámsterdam era el principal puerto comercial de Europa y el centro financiero más grande del mundo. En 1630, Rembrandt instala su lugar de residencia en Amsterdam, y aumenta el número de artistas residentes convirtiéndose además en una floreciente capital cultural.
A finales del siglo XVII, la economía de Amsterdam sufre un estancamiento, pero la construcción del canal del Mar del Norte en 1876 devuelve el comercio a la ciudad y una nueva fase de prosperidad queda plasmada en la construcción de varias obras maestras de la arquitectura, la Estación Central y la sala de conciertos Concertgebouw.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Reino de los Países Bajos tomó una posición neutral pero la ciudad sufre serias restricciones alimentarias y los productos se racionalizan. En mayo de 1940 Alemania invade los Países Bajos, más de 100 000 judíos fueron deportados a campos de concentración, entre ellos se encontraba Ana Frank.
Foto de Koen-Smilde
Hoy en día Amsterdam es una ciudad con gran poder comercial y carácter tolerante. Goza de interesantes museos y organiza importantes eventos culturales.
De noche llega a ser más encantadora que durante el día. Los puentes se iluminan y las plazas y fachadas de los edificios se reflejan en el agua de los canales, consiguiendo otra estampa mágica de la ciudad. La posibilidad de conocer en barco la ciudad a través de los principales canales permite de nuevo descubrir hermosas vistas desde el agua.
Una peculiaridad que sorprende deambulando por sus calles es la inclinación de los estrechos edificios con ventanas anguladas hacia un lado que parecen apoyarse unos en otros. Resulta bastante surrealista. Nos cuentan que es debido al desgaste de la base de estructura de madera sobre la que se apoyan. Por lo visto no hay peligro de que se derrumben pues están protegidos en su completa subsanación por el Ayuntamiento de la ciudad. Otras fachadas se encuentran inclinadas hacia delante. Esto es por distinto motivo que va ligado al gancho que se observa arriba en el frontal y que permite con una polea, meter los enseres por las ventanas. La escasa amplitud de los inmuebles es causa del impuesto que se calculaba a partir del ancho de la fachada de los edificios.
Foto de Koen-Smilde
Asimismo comer y beber en Ámsterdam es un verdadero placer, tanto si nos decidimos por sus producciones autóctonas, como si optamos por la cocina internacional. El salmón, los arenques, los quesos o la cerveza ya valen por sí solo una buena visita a sus bares o restaurantes.
El medio de transporte más práctico es la bicicleta que a su vez es, sin duda, la mejor manera de descubrir la ciudad. Mac Bike es una de las cadenas de alquiler que con distintas ubicaciones nos ofrece un servicio serio y de calidad. Para dudosos o temerosos de perderse en la gran ciudad sobre los pedales, se puede contratar un guía que además de ilustrarnos, nos afiance a circular como los holandeses.
Otra alternativa rápida y sencilla es el tranvía. De todas maneras, para moverse, ahorrar y descubrir Amsterdam merece la pena comprar la tarjeta I amsterdam City Card que se puede adquirir en el aeropuerto, en la estación Central o con antelación en la web en www.iamterdam.com . Ofrece, además de todo el transporte público ilimitado, visitas a varios museos, una excursión en barco por los canales, descuentos y ofertas especiales por todo Ámsterdam y área circundante. Infórmate de sus ventajas, puedes eligir entre una tarjeta de 24, 48, 72 ó 96 horas.
BARRIOS DESTACADOS
Uno de los mejores modos de conocer una ciudad es deambular por sus barrios. Tú decides si prefieres recorrerlos a pie o utilizar el medio de transporte más típico de Holanda: la bicicleta. Enumeramos los que no puedes perderte.
El Casco antiguo de Amsterdam
En el Casco Antiguo hallamos La Plaza Dam, origen de la ciudad y centro neurálgico. Está flanqueada por históricos edificios entre los que destaca el Palacio Real (antiguo Ayuntamiento) y la Iglesia protestante Nieuwe Kerk que data del s.XV y es el lugar de coronación de los monarcas holandeses. La actual soberana la reina Beatriz se coronó en 1980. En el centro de la Plaza Dam se alza el Monumento Nacional, un obelisco imponente construido en homenaje a los soldados holandeses caídos en la Segunda Guerra Mundial. En sus alrededores la gente se sienta a disfrutar de los artistas callejeros y el animado ambiente de esta gran explanada. Se trata de un espacio de encuentro de ciudadanos y turistas.
Foto de Toala-Olivares
Al noroeste de la Plaza encontramos uno de los barrios más visitados de Ámsterdam: el Barrio Rojo. La prostitución en Ámsterdam es casi tan antigua como la ciudad misma y actualmente es legal. La gran mayoría de las prostitutas son trabajadoras autónomas que alquilan las vitrinas y pagan impuestos, además de tener estándares profesionales y controles de salud regulares. Hay que indicar que no esta bien visto hacer fotos de las mujeres que están haciendo su trabajo.
Pero por el barrio Rojo se puede hacer mucho más que pasear por las ventanas de las prostitutas. En la calle Warmoesstraat, número 90, encontrarás la casa más antigua de la ciudad. La fachada data del siglo XVIII, pero se ha descubierto que la estructura es mucho más antigua. En el centro de este barrio se encuentra también la iglesia Oude Kerk, una de las iglesias más antiguas de Ámsterdam. En Trompettersteeg se halla el callejón que oficialmente es la calle más estrecha de Ámsterdam. Hay que andar en fila y pegarte a la pared para dejar pasar. Pasear por el Barrio Rojo no supone ningún peligro. Aun así, el barrio tiene carteristas, como cualquier lugar muy transitado de las grandes ciudades.
Detrás del Barrio Rojo, se encuentra el barrio chino, un lugar ideal para ir a comer pues está lleno de lleno de restaurantes, tiendas orientales e incluso un templo budista.
En la zona centro de Ámsterdam también podréis conocer iglesias y museos tan interesantes como el Museo Arqueológico Allard Pierson.
Puente esclusa
En el cruce de las calles Gedempte Begijnensloot y Begijnensteeg hallaremos el Patio de Begijnhof. Se trata de un patio luminoso y ajardinado, apartado del bullicio y rodeado de casas de estilo holandés. Alberga pequeñas iglesias que son parte de la historia del lugar. Este rincón surge a mediados del siglo XII, como una comunidad de mujeres religiosas que, sin ser monjas, se dedicaban al cuidado de personas necesitadas y enfermos. Eran las beguinas, muchas de ellas adineradas, solteras, católicas, con obediencia al sacerdote pero libres de mantener su propia riqueza y de abandonar esta dedicación cuando quisieran. Las casa fueron originariamente de madera, sólo queda alguna evidencia como la Het Houten Huis que ocupa el número 34, está datada en 1420 y podría ser la más antigua de Holanda. Hay otra pequeña puerta que comunica este lugar con Spui, la plaza de los mercadillos de libros y de arte.
Jordaan
El Jordaan de Ámsterdam es uno de los barrios más famosos. Fue conocido por ser la zona que albergaba a la clase obrera durante los años 80. Sus calles angostas y sus pequeñas casas dan la sensación de formar un pueblo dentro de una ciudad. Hoy en día y tras haberlo habitado distintos artistas locales se ha transformado en una de las zonas más bohemias de Ámsterdam. Numerosas callejuelas esconden tiendas a la última, modernos restaurantes y cafeterías tradicionales. Aquí también podrás ver canales tan hermosos como el Brouwergacht. Si pasas un día en el Jordaan, no puedes dejar de visitar la Casa de Ana Frank y la Iglesia Westerkerk.
El mejor lugar para ir de compras es la zona de “las 9 calles” (De Negen Straatjes) donde encontrar tiendas y boutiques únicas. Los lunes y sábados se celebra el un fabuloso mercado, Noordermarkt. Un barrio muy recomendable.
Foto de Dirk-Brand
El Cinturón de Canales
Desde que dio comienzo su construcción, en el siglo XVII, el anillo de los canales de Ámsterdam ha crecido hasta convertirse en uno de los inigualables paisajes urbanos en mundo. También conocido como Grachtengordel, esta zona destaca por albergar los canales más importantes y se trata de un lugar muy romántico y de gran belleza. Además, alberga galerías de arte, el Museo de Fotografía y el Mercado de las Flores. Un buen lugar para salir con amigos, pasear o tomar un café.
El Mercado de las Flores. El mercado de flores de Ámsterdam, Bloemenmarkt, está formado por una serie de puestos situados cerca de Muntplein, en el canal Singel. Se trata de un mercado permanente que ya se conocía en el siglo XVIII y que constituye una muestra de la importante tradición comercial holandesa existente alrededor de la flora. Al extremo del mercado, la torre Munttoren es una superviviente de las puertas medievales de la ciudad construidas en el siglo XV. Un lugar multicolor muy perfumado en el que comprar algunos recuerdos.
Foto de Koen-Smilde
Pijp
De Pijp es actualmente uno de los barrios mas bohemios y con mayor animación gracias al Mercado Albert Cuyp que se inauguró en 1904. Es el mercado al aire libre más grande y popular de toda Holanda. Después de caminar por el Mercado podemos relajarnos en el Sarphatipark, un parque de 4.5 hectáreas al estilo inglés.
En este distrito también se encuentra, para deleite de los amantes de la cerveza, la Heineken Experience, la fábrica de cerveza más antigua de Holanda, reconvertida en una exposición interactiva donde se aprende todo sobre el proceso de elaboración.
También en este barrio hallamos una pequeña filial del barrio rojo, al encontrar algunas ventanas de chicas ofreciendo sus servicios. Es sin duda un barrio que visitar y dejarse llevar por su magia y encanto.
El barrio judío
Lamentablemente es una de las áreas que más daños sufrió durante la guerra, convirtiéndose en un guetto durante la ocupación nazi. Solo queda en pie una sinagoga de las cinco que existían, la Sinagoga Portugesa-Israelí del siglo XVII, una de las más grandes del mundo. Para aquellos amantes de la historia, es recomendable visitar el Museo Histórico Judío. La zona también es asociada con el pintor Rembrandt porque se encuentra tanto la plaza que lleva su nombre, Rembrandtplein, como el Museo de la Casa de Rembrandt. En el Museo de la Resistencia se cuenta la historia de cómo el pueblo holandés soportó los años de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Hotel Spaander
El Plantage
Este elegante barrio situado al Este de la ciudad es refrescante, verde y espacioso, y contrasta la imagen tradicional de calles adoquinadas y canales de Ámsterdam. Caracterizado por sus avenidas arboladas, elegantes plazas y jardines de recreo decimonónicos, este barrio alberga el Zoo Artis y los jardines botánicos de la ciudad. Plantage es, sin duda, un lugar extraordinario para explorar.
Y para disfrutar del sabor más auténtico de Holanda, no puede faltar una visita al molino De Gooyer, en que podrás beber auténtica cerveza holandesa elaborada a la manera tradicional por la cervecería
Brouwerij ‘t IJ.
Barrio de los Museos
Su nombre se debe a que los tres museos más importantes de la ciudad están aquí: el Rijksmuseum, el Museo Van Gogh y el Museo Municipal de Ámsterdam.
El Rijksmuseum es el museo más grandioso de los Países Bajos donde contemplar más de 800 años de arte e historia holandesa. Incluye obras maestras como “La Ronda de Noche” de Rembrandt y “La lechera” de Vermeer. La parada ante estos dos cuadros es sólo una excusa para visitar el resto del museo que es bastante recomendable.
Por supuesto no se puede dejar Amsterdam sin visitar el Museo Van Gogh, uno de los más populares y una oportunidad excelente de conocer algunas de las importantes obras de este genial artista. La exposición está organizada cronológicamente, lo cual facilita el recorrido por la vida del autor. Recomendamos hacernos con la auto-guía, ya que además de estar en varios idiomas, dispone de dos recorridos y si estamos cortos de podemos hacer el que tiene una hora de duración y te lleva a ver lo imprescindible.
En los alrededores encontramos el Museo del Diamante, donde contemplar una fabulosa exhibición y el arte de como se trabaja este preciado mineral, el Concertgebouw, la tercera mejor sala de conciertos del mundo y la zona de compras más exclusiva de la ciudad, en las calles P.C. Hooftstraat, Van Baerlestraat y Beethovenstraat.
La plaza Museumplein es muy agradable para caminar y sentarse un rato, así como aprovechar y tomarse una foto con las emblemáticas letras de Iamsterdam. Durante el invierno, en la fuente se instala una fabulosa pista de patinaje sobre hielo.
Alberga además varios parques urbanos que se extienden alrededor de los museos y avenidas, el Vondelpark, el pulmón verde de Ámsterdam, entre ellos.
Foto de Toala-Olivares
El barrio de los espejos
El Spiegelkwartier es un lugar de visita imprescindible para los amantes del arte, las antigüedades y las curiosidades. Esta área ha sido el núcleo del arte y las antigüedades holandesas durante más de 80 años. Se sitúa detrás del Rijksmuseum.
Toda la información para preparar tu visita y aprovechar al máximo la ciudad la tienes disponible en www.iamterdam.com
LUGARES DE AMBIENTE
En Rembrantplein y Leidszeplein se concentran la mayoría de los lugares de ambiente joven. Discotecas como Scape ó Air en Rembrandtplein son muestra de la música disco actual y los locales de moda. No te extrañe que encuentres pinchando a algún famoso DJ en alguna de ellas. Para los que prefieren música Pop, la sala Paradiso en Leidszeplein, una antigua iglesia transformada en un inmenso centro cultural, es lugar de celebración de importantes festivales de música.
También encontramos una infinidad de coffe-shops por toda la ciudad. La cadena de coffe-shops «The Bulldog» posee establecimientos por varias zonas y es uno de más antiguos.
Asimismo Amsterdam organiza numerosos eventos culturales y festivales de fin de semana que podemos tenerlos en cuenta a la hora de programar nuestro viaje a sacar el máximo provecho de nuestra estancia. Esta información se halla disponible también en la guía mensual de eventos en www.iamterdam.com
Foto de Toala-Olivares
PEQUEÑAS ESCAPADAS
Si Amsterdam se nos queda pequeño, hay numerosas escapadas por los alrededores en las que descubrimos un ambiente muy diferente al que estamos acostumbrados a contemplar.
Mas allá del centro de la ciudad podemos acercarnos al paisaje holandés típico con molinos, diques y kilómetros de campo verde o hacer una visita a los encantadores pueblos pesqueros situados en los alrededores de Amsterdam.
Un autobús de línea regular que sale de la Estación Central cada media hora, permite recorrer la zona durante todo el día por el precio de 8€. Marken, Voledam, Monnickendam, Edam son algunos de los pintorescos pueblos de este trayecto.
Foto de Toala-Olivares
Una de las rutas más bonitas y agradables es visitar Marken y Voledam.
Se llega a Marken en el autobús que sale cada media hora de la Estación Central y en 40 minutos nos hallamos en el destino.
Marken, que no hace tanto fue una isla, es un bonito y tranquilo pueblecito lleno de historia y tradición. Casitas de madera, animales de granja, pastos verdes, los puentes y canales con plantas flotantes, exponen un lugar mágico. Se recorre en muy poco tiempo y caminar entre las callecitas es casi de película. Un paseo muy agradable es el camino al faro mientras se contempla el horizonte. Una vez que regresamos al puertecito hay que coger el Marken Express, un cómodo y folclórico ferry que sale hacia Voledam cada media hora aproximadamente. El viaje en barco es de 30 minutos.
Voledam es ya mas grande, mas ciudad, ofrece buenos restaurantes y tiendas, fabrica de quesos y productos locales. El recorrido por el puerto con su correspondiente lonja y las casas de sus callejuelas entre canales y puentecitos resulta, de nuevo embriagador, tanto que cabe preguntarse quien es el afortunado que vive ahí. Una parada, ya sea para comer o tomar un te en la magnífica terraza en el hotel Spaander es un imprescindible. Este hotel histórico data de 1881 y ofrece, además de una deliciosa carta, un ambiente holandés auténtico. Posee unas impresionantes vistas al mar.
Visitar Zaanse Schans
A pocos kilómetros de Ámsterdam también se encuentra el Zaanse Schans, un museo al aire libre con 8 molinos espléndidamente conservados y un molino industrial todavía en funcionamiento que podemos contemplar y experimentar la belleza de los cielos y paisajes holandeses. Con sus casas tradicionales, molinos, almacenes y talleres, Zaanse Schans nos muestra como era la vida en el área del Zaan en los siglos XVIII y XIX.
Llegar a Zaanse Schans desde la Estación Central de Ámsterdam es muy sencillo: sólo hay que tomar el tren a Koog-Zaandijk (15 minutos); el complejo está a 10 minutos a pie de la estación.
AGRADECIMIENTOS:
A Mrs. Willemijn Breukers de la oficina de Turismo de Amsterdam y a Soraya Gabriel de Holland Marketing por su gran ayuda en la planificación de este viaje.